La castración puede ser ejecutada a cualquier edad; sin embargo, a mayor edad, mayor es el efecto negativo de la misma sobre la ganancia de peso. En otras palabras, cuanto más cerca del nacimiento se practica, menor es la pérdida de peso.
La castración es un proceso traumático y estresante. El estrés incrementa los niveles de cortisol en sangre. Por deprimir las defensas corporales, el cortisol aumenta la susceptibilidad a enfermedades infecciosas. Para destacar, con el retraso de la castración, incrementa el cortisol sanguíneo y, con esto, la predisposición del ternero a enfermarse.

Una investigación realizada en EEUU evaluó el efecto del momento de la castración de los terneros sobre la ganancia diaria de peso (GDP) y la susceptibilidad a infecciones de las vías respiratorias, y su impacto sobre la GDP durante la recría por 150 días. Se analizaron dos momentos de castración. La castración temprana, referida a los terneros comprados castrados y que, se asume, fueron castrados en algún momento de la cría, al pie de la madre; y la castración tardía, referida a los terneros comprados enteros y que fueron castrados posteriormente, al comienzo de la recría. Continuar leyendo «Castración: Antes, Siempre Es Mejor»