La trilla de soja se reactivó y los resultados son cada vez peores

Los granos salen brotados o dañados por la humedad, lo que significa fuertes pérdidas por calidad. Encima, atacan las chinches. Por qué esta campaña tiene condiciones aún peores que la 2015/16.

La tregua de lluvias que sucedió durante los últimos tres días sirvió para que, en muchos campos en los que el piso soportaba el paso de las cosechadoras, se reactivara la cosecha de soja.

 

Pero los resultados que se vieron en las tolvas fueron aún peor de lo esperado, según diversos reportes de productores que se difundieron en las últimas horas: granos brotados o con fuertes daños de calidad por la humedad, con alta presencia de hongos, lo que significa una complicación más en un año en el que se perderán 20 millones de toneladas de soja por la sequía del verano.

El productor rural y ex presidente de Coninagro, Marco Giraudo, envió a Agrovoz una serie de imágenes que muestran semillas cosechadas durante sábado y domingo en el centro de Córdoba, en muy mal estado.

“Es un desastre. Se han reducido un poco más los rindes: si esperabas dos mil kilos, te salen 1.800. Pero lo peor es la calidad, mermas de entre 40 y 60 por ciento”, comentó Giraudo a este medio.

Sobre el destino que se le está dando al grano, Giraudo dijo que están buscando comercializarlo y que los acopios lo intentan mezclar con soja seca, pero es algo complicado. “Además, al estar tan dañados, el descuento de precio es muy grande. Un problemón”, completó.

Más problemas

En este contexto, el Inta Marcos Juárez difundió un video grabado por la ingeniera agrónoma Silvia Distéfano, en el que analiza el panorama sanitario que muestra la soja en estos momentos.

Según Distéfano, a los problemas de aperturas de vainas y granos “abollados” o podridos, se suma el regreso de las chinches. “Están picando de nuevo porque los granos están tiernos. Y son aberturas por las que pueden ingresar más hongos de los que típicamente atacan la soja, como Fusarium”, alertó la especialista.

Para la experta, el problema actual es aún más grave que el ocurrido en la campaña 2015/16 cuando un exceso de lluvias en abril también complicó la cosecha y provocó que se perdieran miles de toneladas y otras tantas sufrieran daños de calidad.

Distéfano recordó que hace dos años abril acumuló 140 milímetros pero este año fueron casi 200, con el agravante de que en esta oportunidad no salió el sol y además las temperaturas estuvieron cuatro grados por encima del promedio histórico.

“En aquel momento la cosecha se demoró por falta de piso, pero cada tanto la soja se oreaba. Este año fue como si hubieras tapado un lote con nylon: las plantas que estaban en R7, listas para ser cosechadas, sintieron condiciones de humedad y temperatura adecuadas y germinaron en la vaina. Y en las que no llegaron a R7, los granos se hincharon y eso también provoca un daño”, explicó.

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