Por la sequía aumenta el envío de hacienda a faena, según el último informe de CREA. El precio real del novillo podría caer entre un 10% y 16%, en valores constantes.
Como consecuencia de la sequía que alentó liquidación de vacunos, la faena esperada para 2018 podría llegar a los 3 millones de toneladas equivalente res con hueso (ERCH), por encima de los 2,8 millones esperados previos a la seca, asegura un informe de CREA.
Argentina se encontraba hasta el 2017 en una fase cercana a la neutralidad. Sin embargo, la reciente sequía y su impacto en la producción forrajera está llevando a aumentos en la tasa de faena, que podría llevar a un cambio dentro del ciclo ganadero. La seca se produjo entre diciembre y abril de manera generalizada en todo el país, con importantes impactos en la producción forrajera. De forma más acentuada se vieron afectadas algunas regiones como el sudoeste de la provincia de Buenos Aires y gran parte de Entre Ríos.
Si bien las lluvias de los últimos días terminaron con la sequía en la mayoría de las zonas, los efectos de las mismas en la ganadería nacional se seguirán viendo a lo largo de este año y del próximo.
Como consecuencia, la productividad del campo natural en las zonas mencionadas fue tan baja, la peor de los últimos 20 años, según los datos relevados por el Sistema de Seguimiento Forrajero Satelital de CREA-FAUBA.
La falta de lluvias influyó también en el retraso o imposibilidad de siembra de verdeos de invierno y pasturas, comprometiendo el pasto de otoño-invierno. Pese a que se podrían sembrar los verdeos gracias a las últimas lluvias, la merma en la productividad por ese retraso en la fecha de implantación podría ser del 30-40%.
La sequía generó también un aumento en la extracción de novillos para que se mandan a faenan, en relación los stock existentes. La falta de pasto condiciona a los sistemas al incluir una mayor participación de grano en la dieta de la recría y del engorde. Desde 2003 a la actualidad, por diversos factores, la tasa de extracción pasó de 70% a 104%. En 2017 se faenaron mayor cantidad de terneros que los destetados. De continuar esta tendencia en la faena y sumando los efectos de la sequía, se proyecta para el 2018 una tasa de extracción de machos será mayor, lo que impulsaría una caída en el stock de novillos en 2019, condicionando la oferta de carne futura.
La nueva configuración del stock nacional, donde la recuperación de cabezas posterior al 2008 se dio principalmente por crecimiento de hembras, hace que el valor de equilibrio sea superior permitiendo hasta un 47% de hembras en la faena sin comprometer el stock de vacas del siguiente año. Es así que las hembras podrían generar la oferta de carne en el mercado, incrementando la faena, sin presionar o retrasando el cambio de fase y la recuperación de precios.
A fines de 2017, antes de la ocurrencia de la sequía, el área de Ganadería de CREA a través de sus modelos proyectaba para 2018 una producción argentina de carne vacuna del orden de 2,8 millones de toneladas ERCH. Actualmente, por los efectos descriptos anteriormente, esa previsión para este año aumentó para ubicarse en un rango de 3,0 a 3,1 millones de toneladas ERCH, que generará un impacto negativo en los precios de la hacienda, en base a resultados arrojados por los modelos mencionados.
El precio real del novillo podría caer entre un 10% y 16%, en valores constantes lo que implica que la evolución del precio en moneda corriente, sería menor que la inflación proyectada para el 2018.
Para el 2019-2020 la oferta será menor si efectivamente se da el escenario de faena y reducción en el stock de machos anteriormente descripto. En consecuencia, sería esperable que el precio de la hacienda suba por encima de la inflación. Esto impulsaría la retención de hembras y machos, generando instantáneamente escasez de oferta que empujaría aún más el valor de la hacienda, iniciando una nueva fase del ciclo ganadero.