La Argentina es el país líder en reducción de la erosión por la siembra directa, pero todavía tiene para mejorar en aras de la sustentabilidad económica, social y ambiental. Sobre ello disertó en el Congreso Maizar 2018, Competitividad con desarrollo, José Luis Tedesco, vicepresidente de Aapresid, al detallar en qué consiste el programa Aapresid Certificaciones.
Aapresid, la Asociación Argentina de Productores en Siembra Directa, difundió en el Congreso Maizar 2018,Competitividad con desarrollo, su programa Aapresid Certificaciones, basado en la sustentabilidad de todo el sistema agrícola con “ejes en lo económico, social y ambiental”.
Según explicó el vicepresidente de Aapresid, José Luis Tedesco, el objetivo es “promover el desarrollo de sistemas agropecuarios sustentables a través de la implementación y certificación de distintos estándares de calidad, nacionales e internacionales”.
Aapresid Certificaciones consta de una serie de protocolos como el de Agricultura Sustentable Certificada (ASC), creado para productores, contratistas y cooperativas; la norma IRAM 14130 (diseñada con Casafe) y el plan Municipio Verde.
Tedesco señaló que una producción sustentable pasa por prácticas como la “no remoción de suelo (mediante la tecnología de siembra directa), la rotación de cultivos, la nutrición balanceada de cultivos, el uso responsable de los fitosanitarios y el manejo integrado de plagas”.
Según destacó, “la Argentina es el país líder en reducción de la erosión por la siembra directa, según un estudio que publicó la revista Nature. El segundo es Paraguay, y después Brasil y Uruguay”, destacó.
Tedesco llamó la atención especialmente sobre la gran necesidad de manejar refugios (dejar espacios en los lotes para sembrar variedades no transgénicas y así mantener un ambiente con plagas y malezas). “La biotecnología viene perdiendo efectividad porque no se utilizaron los refugios en la medida que era necesario”, señaló.
Existen además una serie de cuidados adicionales, como detectar plagas y dar aviso, o el triple lavado o lavado a presión de los bidones de agroquímicos. También se dan “prácticas sociales de producción sustentable intraempresa y con la comunidad. Por ejemplo, aportar elementos de seguridad en todos los sitios y en el uso de la maquinaria; proveer de ropa y calzado de seguridad; hacer señalética y aislar los productos fitosanitarios”, puntualizó.
Tedesco se quejó de que “está el mito de que al productor no le importan las personas”, y aseguró que “las prácticas agrícolas sustentables acercan un campo al ambiente natural”.
Finalmente, dijo que “cada vez aparece más la demanda de producciones sustentables y de información sobre cómo se hizo el alimento”.
Fuente: MAIZAR