Maíz “plata” argentino es como se nombra al maíz Flint o colorado en Europa. La industria de molienda seca de España, Inglaterra, Polonia, Alemania y Holanda se convirtió en la principal importadora de este tipo de maíz que en Argentina genera importante ingresos como valor agregado al manejarse como un producto especial y que en la industria de molienda seca de Europa es la materia prima con la que se elaboran productos de alta calidad.
La siembra anual de maíz Flint en nuestro país se estima en un rango que fluctúa entre 105 a 120,000 hectáreas. Los híbridos de maíz flint han mejorado mucho su performance de rendimientos físicos por hectárea, hecho que les permite ser sembrados en las principales regiones de producción maicera de Argentina.
Los productores que adhieren a los programas de suministro de este tipo de maíz cumplen con requisitos especiales para su producción la cual requiere un mayor cuidado en su manejo, ya que es maíz para consumo humano y el maíz resultante tiene un mayor valor percibiendo un premio en dólares por tonelada producida y entregada.
La cadena del maíz Flint en Argentina
En el marco del 3° Congreso de Maíz Tardío organizado por Brevant Semillas, dialogamos con el Dr. Lucas Borrás, investigador principal del CONICET y profesor de la Facultad de Ciencias Agrarias de la UNR, quien nos brindó un panorama de cómo se conforma la cadena del maíz Flint en Argentina.
“La cadena está formada por productores que lo producen bajo contrato, se le paga una prima, ese contrato lo firman con un molino local, puede ser Arcor, puede ser Quilmes, o con un exportador, sea Cargill, Dreyfus, ACA. Estos le dan la semilla y el productor tiene que seguir una determinada logística para mantener el flint libre de OGM, lo que es difícil porque Argentina tiene casi 6 millones de hectáreas de maíz transgénico”, explica Borras.
Tal como detalla el investigador, el maíz colorado tiene que cumplir ciertas cuestiones espaciales y temporales. Es preciso sembrarlo a más de 300 metros de los lotes de maíz modificados genéticamente y no se pueden sembrar en lotes donde el año anterior se sembraron maíces OGM. La preservación de la identidad también demanda la limpieza de la sembradora, la cosechadora, además del registro de datos de todos los procesos. El transporte y acopio requieren de un sistema de controles y auditorías, exigen la contratación de personal altamente capacitado, tanto camioneros, como lavaderos de camiones, sistemas de norias, tolvas o acoplados. Por mínima que sea, la contaminación puede destruir todo el valor agregado que paga el consumidor.
Maíz flint argentino, el elegido por Europa
En Europa no se produce el mismo tipo de maíz porque las condiciones ambientales no dan como para producir este tipo de calidad de grano o hay, en el sur de España por ejemplo, pero serían muy costosas. Con lo cual, hace ya 30 años, Europa para molienda seca para este tipo de productos viene abasteciéndose de Argentina principalmente.»Es una cadena de suministro que nuestro país ha sabido mantener a través de años que nos deja un ingreso extra a nuestro país porque es una especialidad», explica Borras.
Para la molienda seca el maíz flint es clave. A partir de sus granos la polenta alcanza su mayor calidad y es posible producir trozos o “grits”, un insumo básico para la industria de cereales de desayuno y barras de cereal. El proceso de molienda seca comprende procesos físicos destinados al desprendimiento, separación y rotura de las partes del grano: endosperma, germen y pericarpio. La característica que diferencia esta industria en el país es su atomización.
Más de setenta molinos ubicados en ocho provincias argentinas y en una importante cantidad de localidades, dinamizan las economías regionales. La gran mayoría de estas empresas son Pymes y, entre ellas, una marcada tendencia la constituyen las firmas de tipo familiar.
Posgrado en Manejo de Maíz para Molienda Seca
Borras trabaja en distintos proyectos de investigación y uno de ellos tiene que ver con calidad de grano para molienda seca que fue impulsado y financiado por Kelloggs. “El proyecto lo inicia Kelloggs, nos brinda fondos y a partir de ahí nos fuimos vinculando con los molinos, exportadores y generadores de germoplasma. Hoy lo que hacemos es generar información para la cadena respecto a qué se puede hacer para aumentar rendimiento, para hacer el sistema productivo más eficiente, o que dé una mayor calidad del producto para el molino y para el consumo final”.
Lucas Borrás explica que constantemente buscan formas de transmitir esa información, por eso este año organizó un posgrado de tres días sobre Manejo de Maíz para Molienda Seca, que ya tuvo su primera edición en junio en idioma inglés y se repetirá en castellano desde el 24 al 26 de octubre en la Facultad de Ciencias Agrarias UNR en Zavalla, Santa Fe. “Es un curso técnico para los productores de maíz Flint, industriales, exportadores e interesados en aprender sobre esta industria tan importante».
Se destaca además que dentro de los importantes oradores del curso y para explicar el proceso de molienda en forma clara y desde la práctica diaria participará también Francisco Martí Ribes Director de Maicerías Españolas – DACSA que es el principal importador de este maíz a Europa.
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