Cada vez hay más argentinos interesados en diversificar su dieta hacia los alimentos orgánicos, aunque aún el consumo es escaso a comparación de otros países. Argentina cuenta con 3,2 millones de hectáreas orgánicas certificadas, sin embargo, la demanda resulta insatisfecha y señalan que el país tiene un gran potencial para producir. Hoy, el 98,8% de la producción se envía al exterior.
Mucho se habla de los productos orgánicos, pero poco se conoce sobre sus atributos, y especialmente sobre el proceso de certificación que exige.
Ante este escenario colmado de desafíos, hace aproximadamente cinco años que la Facultad de Agronomía de la Universidad de Buenos Aires (FAUBA) amplió su oferta académica y creó la Tecnicatura en Producción Vegetal Orgánica, la cual tiene una duración de tres años, 33 asignaturas y se dicta en Buenos Aires y en la delegación Escobar.
“Hoy es la única Tecnicatura de Producción Vegetal Orgánica en Argentina y en Latinoamérica, tal es el interés que despierta que hay estudiantes que se llegan de otros países”, resalta Marcela Ablin, ingeniera agrónoma, especialista en producción y certificación orgánica, y profesora de la cátedra Taller de Práctica. En este sentido, agrega que en la Universidad Nacional de Catamarca desde 2017 se dicta la Diplomatura de Producción y Comercialización de Agroalimentos Orgánicos, la cual dura un año.
Falta de técnicos capacitados
En diálogo con Agrofy News, Ablin explica cuál fue el motivo que inspiró la creación de la tecnicatura: “Argentina ocupa el segundo lugar en el ranking mundial de superficie orgánica certificada, pero no había formación desde la universidad ni desde las escuelas secundarias respecto a eso. Para poder crecer y tener mayor masa crítica de técnicos que puedan asesorar a productores orgánicos no había profesionales, entonces, la creación de la tecnicatura surge allí”.
En cuanto a la formación en producción orgánica, Ablin advierte: “Las facultades de agronomíaen Argentina forman profesionales relacionados a la producción convencional, pero no con respecto a lo orgánico”.
En relación al perfil de los estudiantes que se acercan a estudiar la tecnicatura de la FAUBA,según describió la experta en producción orgánica, es muy variado: “Hay la misma cantidad de hombres y mujeres; gente joven que egresa del secundario y entra a la universidad a cursar esta carrera terciaria, pero también se acerca gente mayor; personas que vienen de otras áreas o quién no pudo estudiar y se encuentra con esta tecnicatura que le interesa; también hay muchas personas de la ciudad que está buscando alternativas, mucha gente vegetariana o que quiere una alimentación diferente”.
Del otro lado
Belén Díaz es una de las cien estudiantes que cursan por año la Tecnicatura en Producción Vegetal Orgánica de la FAUBA. Mientras estaba en una feria invitando a los transeúntes a la realización de huertas urbanas orgánicas contó a Agrofy News: “Desde siempre me interesaron los alimentos sin agroquímicos, muchas veces llegan verduras que no tienen el tiempo de carencia (desde la cosecha hasta que llega al consumidor) necesario, y no estamos al tanto, me interesa concientizar a la familia y a toda la comunidad”.
En cuanto a los contenidos de la tecnicatura, desde su rol de estudiante señala: “Al principio, en muchos casos me parecían demasiado exigentes, pero después entendí que la exigencia era necesaria para que seamos técnicos respetables y que sepamos de lo que estamos hablando”.
Hay materias que van desde fisiología vegetal, fertilidad de suelos, pasando por botánica sistemática, riego aplicado a la producción orgánica, hasta Taller de Práctica, Mercados y Comercialización, entre muchas otras. En este sentido, Díaz comenta: “Una materia que me parece primordial para la carrera es Sociología y Extensión Agraria. El productor se acostumbró de una manera, hay que mostrarle que más allá de la producción convencional que les ofrecen, hay otras alternativas como la producción orgánica”.
Oportunidades laborales
De acuerdo a la FAUBA, los futuros graduados de la tecnicatura serán capaces de organizar, dirigir, controlar y asesorar establecimientos destinados a la producción orgánica; realizar las operaciones o labores de las distintas fases de los procesos involucrados en la producción orgánica aplicando productos y técnicas de manejo enmarcados dentro de la normativa orgánica; participar en proyectos de extensión y desarrollo; en procesos de certificación de producciones orgánicas; colaborar en la gestión, planificación y comercialización de la producción orgánica; capacitar en el manejo de sistemas de producción orgánica difundiendo los principios, procesos y metodologías de la producción orgánica.
Al respecto, Díaz quien está a poco más de un año de recibirse y ya participa en varios grupos como voluntaria incentivando al consumo de productos orgánicos, expresa a Agrofy News: “Una vez que termine la carrera, mi idea sería diseñar una producción y trabajar con productores. Nos capacitan para hacer la transición de un producto convencional con uso de agroquímicos a una producción sin el uso de eso”, y agrega: “La producción orgánica está dedicada al cuidado del medioambiente y del suelo, incentivamos a que el suelo tenga fertilidad, para que los cultivos sean sanos”.
Al ser consultada por la adopción de los argentinos de las huertas urbanas, opina: “Hay muy pocas, hay quienes tienen miedo de hacerlas o hay otras personas que ponen la excusa de que solo tiene balcón. Yo tengo balcón y allí, armé mi propia huertita en contenedores reciclados”.
Tanto Díaz como Ablin en la medida que pueden y consiguen, se alimentan con productos orgánicos.
Diferencias y similitudes
Muchas veces se presentan confusiones entre lo orgánico y lo agroecológico ¿Hay diferencia? ¿Cuáles? “Lo orgánico tiene que estar certificado por una de las cuatro certificadoras que hay en Argentina. Tiene trazabilidad, control, análisis y la posibilidad de tener un logo/sello que lo diferencie en el mercado al momento de comercializar, le da un atributo de calidad”, detalla Ablin.
En cambio, según la ingeniera, lo agroecológico no tiene quien lo certifique, no tiene la posibilidad de usar un logo, no tiene trazabilidad. “En general, lo agroecológico nació como una forma de producir para el autosustento de una familia y lo orgánico, como una forma producir para venderle al mercado con un atributo de calidad”, compara.
Si bien las diferencias están marcadas, los dos abrazan la agroecología. En este sentido, Ablin explica: “La agroecología como ciencia respecto al uso del suelo, al cuidado de los recursos, al no uso de los agroquímicos, y a respetar el ecosistema”.