Científicos argentinos realizan un hallazgo que podría bajar los costos de producir maíz

Se trata de un compuesto que aumenta la capacidad de las plantas para absorber el fósforo de la tierra, lo que permitiría reducir la dependencia a ese fertilizante importado.

Investigadores del Instituto de Fisiología Vegetal de La Plata identificaron un compuesto que potencia la capacidad del maíz para captar fósforo del suelo, un mineral esencial para su ciclo de vida que se aplica como fertilizante para mejorar los rindes de los cultivos.

Obtenido de yacimientos, el fósforo es un mineral que Argentina no posee entre sus recursos naturales, por lo cual los productores agrícolas deben comprarlo importado, lo que aumenta sus costos de producción. Ahora, el trabajo desarrollado por científicos del INFIVE -un instituto que depende de la Universidad Nacional de La Plata y el CONICET- abre un camino para reducir la dependencia de ese insumo, al menos para los productores de maíz.

 

Tal como describe la revista “Journal of Plant Physiology”, donde fue publicada la investigación, el equipo platense comprobó que un compuesto presente en las plantas, el nitrosoglutatión, mejoró su capacidad de respuesta frente a la restricción de fósforo en el suelo.

Para su estudio, los investigadores sintetizaron el nitrosoglutatión en el laboratorio a fin de obtener mayores cantidades y lo aplicaron en plantas de maíz cultivadas en un invernadero. Paso seguido, constataron que esa sustancia liberaba óxido nítrico, un gas que, entre otras respuestas, aumenta la capacidad para incorporar el escaso fósforo desde la solución que rodea las raíces.

PARA UN DESARROLLO SUSTENTABLE

“Nuestro trabajo no solo es importante para el desarrollo y crecimiento del maíz, sino también para el desarrollo sustentable de todo el sistema de producción agrícola”, explicó a la Agencia CyTA-Leloir la directora del estudio, la doctora Marcela Simontacchi, del Instituto de Fisiología Vegetal.

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Si bien las plantas expuestas a este compuesto presentaron una mejor capacidad en la elaboración de ciertas respuestas de aclimatación a la restricción completa de fósforo, “deben desarrollarse más experimentos para poder conocer si esas respuestas se traducen en un mejor desempeño que les permita crecer mejor en un suelo pobre en fósforo”, destacó la directora de la investigación.

Ocurre que si bien el modelo experimental utilizado por los investigadores de La Plata suministra información científica relevante, no implica una transferencia inmediata al sector productivo aún.

“Las condiciones de plantas creciendo en el campo pueden ser muy diferentes de las utilizadas en condiciones controladas de laboratorio o de invernáculo”, reconoció Simontacchi, quien ahora espera probar esta metodología a mayor escala con el propósito de verificar si funciona “en cultivos de interés”.

Junto a la doctora Simontacchi trabajan en este proyecto los investigadores Facundo Ramos-Artuso, Agustina Buet y Andrea Galatro, del INFIVE y la UNLP; y Guillermo Santa María, del Instituto Tecnológico Chascomús, dependiente del CONICET y de la Universidad Nacional de San Martín.

 

Fuente: El Día

 

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