De la mano del Prohuerta, un programa del Ministerio de Salud y Desarrollo Social de la Nación y el INTA, y con la colaboración del Municipio de San Fernando se instalaron 15 kits solares de 1000 watts por día en la tercera sección de Islas del Municipio de San Fernando, en el Delta del Paraná. Los paneles abastecen de energía limpia a 75 isleños sin acceso a la red eléctrica, lo que implica un ahorro máximo por familia de 130 litros de combustible, unos $5000 mensuales.
Victorio Dieta, técnico del INTA Delta Frontal y especialista en ciencias ambientales, destacó el impacto social y ambiental del logro: “Los paneles solares buscan abastecer de energía limpia a una población vulnerable de isleños, de bajos recursos, que carece de energía eléctrica de red. En su mayoría, con necesidades básicas insatisfechas y reducida inserción económica e inclusión tecnológica”.
Debido a la baja densidad poblacional y a su ubicación geográfica, el área no cuenta con provisión de energía eléctrica de red y se estima que no se cubrirá esta necesidad en el corto y mediano plazo. En consecuencia, las familias se abastecen con generadores eléctricos con combustibles fósiles, lo que tiene un alto impacto en la economía doméstica.
“El consumo mensual promedio es de 130 litros de nafta súper con lo que disponen de 4 horas diarias de energía eléctrica”, detalló Dieta quien aseguró que, a partir de la implementación de paneles solares, se espera que disminuya o elimine esta demanda de combustibles fósiles, lo que implicaría el ahorro de hasta $5000 al mes y un aumento de horas de disponibilidad de energía.
De acuerdo con los cálculos del especialista, los kits de energía solar brindarán 112 watts por día de energía limpia para abastecer 4 lámparas led para la iluminación de la vivienda por 4 horas diarias; 225 watts por día para encender 3 horas diarias el televisor y un decodificador, 30 watts por día para 3 horas diarias para un cargador de celular y 100 watts por díapara 4 horas diarias para la radio.
“El diseño de este kit solar surge de las recomendaciones en base a la ubicación geográfica, condiciones climáticas y demanda de energía de las familias, por parte de los departamentos técnicos de distintos proveedores”, especificó Dieta.
Si bien llevan instalados sólo 15 kits solares, la meta es alcanzar un total de 38 que beneficiarán a 157 personas, lo que representa el 70 % de la población estable en la tercera sección de Islas del Municipio de San Fernando, en el Delta del Paraná.
Este proyecto es uno de las más de 800 Proyectos Especiales ProHuerta que, desde 2016, se llevan adelante en todo el país. En este caso, además de la instalación de kits solares para el reemplazo del uso de los combustibles fósiles, se capacitaron a las familias isleñas para el armado y mantenimiento de los paneles. La iniciativa surgió de la demanda de los pobladores del lugar y se complementó con los datos censales obtenidos por los Guardaparques de la Reserva de Biósfera del Municipio de San Fernando.
ISLEÑOS, PROTECTORES DE LA BIODIVERSIDAD
Las familias isleñas viven, en su mayoría, de la pesca artesanal y del cultivo del junco, que complementan con horticultura y plantas frutales para autoconsumo, junto a la cría de aves. En algunos casos, se dedican a actividades forestales a pequeña escala como mimbre y salicáceas, mientras que otros son apicultores o cultivan gírgolas para autoconsumo y venta de excedentes. En menor medida se emplean como jornaleros.
Esta población se ubica en la tercera sección de Islas del Municipio de San Fernando, en el Delta del Paraná, un área de 10 mil hectáreas reconocida y destacada como un humedal en la zona núcleo de la Reserva de Biósfera del Delta del Paraná (UNESCO).
“Que el proyecto se encuentre inserto en esta zona protegida le da un valor adicional, ya que las prácticas productivas que se realizan, junto a las actividades habituales que llevan adelante las familias, se encuentran en concordancia con los requerimientos de la reserva”, indicó Dieta.
Para el especialista, resulta “muy importante” proveer a los pobladores de esta zona de energías limpias, ya que se localizan en una región que valoriza y prioriza la biodiversidad. En este sentido, consideró como “trascendental” que los pobladores permanezcan en la región, ya que ellos resultan ser los centinelas de la protección de la biodiversidad, ante las amenazas, como por ejemplo de la caza furtiva.
Es que se trata de un área protegida que brinda numerosos servicios ecosistémicos que poseen un gran valor para la comunidad local y las áreas circundantes. De allí la importancia de que no se deteriore su funcionamiento, lo que afectaría, por ejemplo, el control de crecidas e inundaciones, la pesca, extracción de junco, transporte y la biodiversidad. Además, en esta región se encuentran especies emblemáticas como el ciervo de los pantanos y la pava de monte.
“Los pobladores, con historia de generaciones en sus espaldas, poseen un gran conocimiento del medio natural de la región”, explicó el especialista del INTA quien agregó: “Además, incorporaron buenas prácticas productivas que incluyen el respeto por la diversidad biológica, tanto animal como vegetal”.