El sector porcino responde a las críticas ambientales y pone condiciones para la inversión de China

El megaproyecto chino implica una millonaria inversión que permitiría, según indican los promotores, en un plazo de ocho años pasar de producir 6 millones de cabezas de cerdo a 100 millones. Bajo la mirada oficial, el acuerdo sería generar cortes solo para el mercado chino y no interferir en el mercado interno. Todo bajo legislación argentina y mano de obra local. 

Inversión china en Argentina

La Mesa de las Carnes viene trabajando con el Gobierno sobre el coronavirus, la relación con China y sobre este acuerdo para el sector porcino en particular.

El presidente de la Mesa, Dardo Chiesa, manifestó en diálogo con Agrofy News: “El secretario de Ganadería, José María Romero, nos expresó que estas plantas estarían exclusivamente destinadas hacia China, sin interferir el mercado interno, que es importante para nosotros”. 

Chiesa resaltó la importancia de las inversiones extranjeras, siempre y cuando sean bajo legislación argentina y con personal local. “Si dan trabajo a los argentinos no tenemos ningún problema”.

El sector porcino destina actualmente el 96 % de la producción al mercado interno. Jorge Brunori de la Estación Experimental INTA Marcos Juárez sostiene que la incertidumbre en el sector tiene que ver con lo que puede pasar después de la pandemia: «Va a impactar en el poder adquisitivo de la gente, lo que nos hace dudar sobre la recuperación del consumo”, sostuvo.

Ante este escenario, se plantea la necesidad de escalar la producción porcina y no depender solo del mercado local. El presidente del consorcio exportador de cerdos ArgenPork, Guillermo Proietto, señaló que actualmente ya están trabajando para el crecimiento de la industria porcina y la cantidad de madres. Pero sostuvo que se necesita financiamiento con líneas específicas y condiciones acordes. “El empresario argentino está predispuesto a invertir en madres, pero se necesita financiamiento adecuado y resolver la recuperación del IVA en el sector”.

Según Proietto, es importante que el desarrollo de la industria porcina lo realicen empresas argentinas. “Hay mucho para crecer y desarrollarse en este tema y tiene que ser de la mano de empresas argentinas o en combinación con extranjeras”, explicó en relación al megaproyecto chino.

Por su parte, Dardo Chiesa volvió a insistir con el capital de trabajo argentino. “Dentro de las granjas deben trabajar argentinos, con mano de obra local y leyes argentinas”, apuntó el presidente de la Mesa de las Carnes. Además, agregó: “Desde la Secretaría nos han dicho que esas son las reglas de juego, así que bienvenida sean las inversiones”.

El técnico del INTA Marcos Juárez, Brunori, sostuvo que se deben firmar acuerdos de convivencia. “Va a tener que haber una convivencia y ser claros entre ese megaproyecto y el proyecto nacional”, sostuvo el técnico. Y aclaró: “Si en algún momento esa cantidad de madres financiadas por el gobierno chino se vuelcan al mercado interno, probablemente signifiquen la desaparición de nuestros productores”, argumentó.

Cerdos: impacto ambiental 

El anuncio del proyecto generó revuelo en las redes sociales. Quien públicamente salió a manifestarse en contra fue la influencer y autora de los libros Malcomidos y MalaLeche, Soledad Barruti. 

A través de su cuenta personal publicó un video donde menciona los posibles daños que produciría el megaproyecto al medio ambiente. “Nos pone en peligro con prácticas productivas brutales y usando los bienes comunes como si fueran suyos”, argumentó.

El sector ganadero salió a responder y argumentar cuál es el impacto de la producción de carne. En este sentido, el presidente de la Mesa de la Carne, Chiesa explicó: “Todas las producciones están bajo normas de buenas prácticas y la producción de animales está centrada en tener una producción amigable con el medio ambiente”.

Además, se refirió a las acusaciones de que el sector ganadero es el generador del calentamiento global. “Ha habido un embate en los últimos años diciendo que los ganaderos, somos los responsables del calentamiento global. Si vemos las fotos satelitales antes de la pandemia y pospandemia vemos que aparecen limpias”. “Los que éramos responsables resulta que no lo éramos”, concluyó.

Por su parte, el técnico del INTA refutó los argumentos de Barruti. “Lo que se plantea en redes sociales está muy lejos de la realidad”. En este sentido, coincidió en que los sistemas apuntan al bienestar animal.

“Hoy cualquier proyecto tiene normativas nacionales y provinciales que cumplir, no hay ningún criadero de cerdos que vaya a volcar los efluentes donde le parece», agregó Brunori y detalló que cuando se habilita un criadero, primero hay que cumplir con la normativa ambiental antes de empezar con el criadero.

Cuando el sector porcino se fue tecnificando, el cerdo que estaba al aire libre pasó a estar confinado. Ante esta situación, Brunori señaló que se respetan una serie de normas que hacen al bienestar animal como el espacio, disponibilidad de agua, comida, enfermedades, vacunaciones, entre otros. 

Además, explicó: “Producimos alimentos y sabemos que tenemos que tener seguridades, porque estaríamos dañando a la población”, concluyó el técnico del INTA.

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