Según explicó Ravettino, el objetivo es incrementar el flujo de comercio exterior que actualmente tiene la Argentina, aprovechando la alta demanda global de proteínas, sobre todo por parte de China, que se lleva siete de cada diez toneladas que se embarcan al exterior.
Este año, de acuerdo con los datos del Consorcio ABC, cerrará con un nivel de embarques de 900 mil toneladas, por encima de las 840 mil toneladas de 2019.
Sin embargo, el ingreso de divisas será menor, porque China está pagando menos la tonelada: el año pasado, la industria cárnica generó 3.400 millones de dólares; este año, serán unos 2.900 millones.
La apuesta de los frigoríficos es llevar, en los próximos años, estas cifras a 1,25 millones de toneladas exportadas y un ingreso de 5.250 millones de dólares.
Elogios
El presidente Alberto Fernández participó por teleconferencia del anuncio realizado desde un frigorífico de Buenos Aires y valoró que la cadena haya logrado “pensar un desarrollo industrial de la carne que es tan ambicioso como necesario, en un momento en que Argentina debe poner su esfuerzo en reconstruir y desplegar todas las ideas para que a lo que se produce, se le agregue valor, se lo exporte y esas divisas sirvan para importar insumos y acumular reservas”.
Según Fernández, estos proyectos significan la posibilidad de duplicar las exportaciones y crear unos 4.500 puestos de trabajo.
Por su parte, el ministro de Desarrollo Productivo, Matías Kulfas, concordó en la necesidad de que se incremente el flujo de comercio exterior como un puente para arreglar los desequilibrios de la macroeconomía argentina.
“Hay que salir de la falsa antinomia entre mercado interno y exportación, pueden ir ambos de la mano”, expresó el funcionario.