Entre el sueño exportador y la realidad proteccionista

Esas restricciones, a la que muchas veces apelan los gobiernos para frenar las importaciones, suele tener un efecto negativo sobre las propias exportaciones que, a priori, se buscan preservar e incentivar. ¿Los resultados? Pérdida de competitividad para las empresas que hacen comercio exterior.

Desde que el Gobierno volvió a implementar el sistema de licencias no automáticas para el ingreso al país de determinados productos, la maquinaria agrícola nacional sufre esas consecuencias. El freno al ingreso de equipos fabricados en el exterior (tractores y cosechadoras) también se ha extendido al arribo de componentes estratégicos para las fábricas locales. Por ejemplo, tecnología y neumáticos.

La alerta la había dado la Cámara Argentina de Fabricantes de Maquinaria Agrícola (Cafma), y esta semana se sumó la Federación Argentina de Contratistas de Máquinas Agrícolas (Facma). La entidad con sede en Casilda, Santa Fe, le envió una carta al secretario de Industria, Economía del Conocimiento y Gestión Comercial Externa, Ariel Schale, en la cual le hace saber los problemas que genera en esta época del año la falta de cubiertas agrícolas.

Sin garantía

“Hay contratistas que en estos momentos, en plena siembra de soja y de maíz, tienen en circulación vehículos que en total utilizan más de 100 neumáticos. Debido al faltante que hay, cualquier rotura implica tener que parar las actividades”, admitió Jorge Scoppa, presidente de Facma.

Los contratistas aseguran que hay importadores de neumáticos radiales (específicos para el uso agrícola) que tienen contenedores demorados en la Aduana, a la espera de la autorización oficial. Desde Facma, sostienen que, además de permitir el ingreso de esa mercadería, también es necesario garantizar a futuro la continuidad de su provisión. Recuerdan que algo similar sucedió hace 10 años, cuando también hubo inconvenientes para conseguir cubiertas importadas.

Si bien en Argentina la empresa Fate realiza neumáticos agrícolas, la mayor demanda del mercado interno se canaliza a través de la importación desde Brasil y desde Estados Unidos.

Además de neumáticos, la industria de la maquinaria agrícola advierte sobre restricciones en el ingreso de componentes electrónicos que en muchos casos son estratégicos para el funcionamiento de los equipos. “Sin ellos, no se pueden entregar las máquinas ni venderlas al exterior”, advierten los fabricantes.

Primarización

Mientras tanto, el modelo agroexportador nacional no termina de forjar su estructura de agregado de valor. El peso de los productos primarios sigue siendo determinante para la generación de divisas, al tiempo que a los bienes con valor agregado les cuesta adquirir protagonismo dentro de la balanza comercial. De esta manera, el camino para que Argentina se convierta en el supermercado del mundo tiene aún mucho por recorrer.

En los primeros 10 meses del año, la exportación de granos sin procesar ha sido récord: 52,66 millones de toneladas, tres millones más que en igual período del año pasado, según datos del Ministerio de Agricultura de la Nación.

De la molienda de soja (manufactura de origen agropecuario), el producto de mayor valor, que es el aceite, muestra una baja del cuatro por ciento en lo que va del año, lo que representa 190 mil toneladas menos. La harina, por su parte, muestra también una caída en las ventas de 14 por ciento, el equivalente a 3,92 millones de toneladas.

El maíz es el otro grano que logró en el año la mejor performance exportadora de su historia: 34 millones de toneladas. Si bien hay un crecimiento de los envíos del cereal convertidos en carne, por el mayor volumen embarcado de cortes vacunos y de cerdo, su mayor destino sigue siendo a granel.

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