Los conflictos internos y los cepos cambiarios vienen impidiendo que el productor pueda capturar los precios con altos niveles históricos de la soja.
Los conflictos con el Gobierno y con los sindicatos, la suba de los derechos de exportación, y la intervención comercial y cambiaria se encargaron, una y otra vez, de que la economía nacional desaprovechara ese beneficio que le daban los mercados internacionales.
Mientras la cotización de la soja transitó en los últimos días en el mercado de Chicago por el precio más alto desde junio de 2014 –456 dólares la tonelada–, debido a las inciertas perspectivas de lluvia en las principales zonas productoras de Sudamérica, el productor argentino no tuvo chance de poder hacer negocios a esos valores.