Desde Saldungaray, la familia Girolimini abre las tranqueras del “Campo Udi” y cuenta su historia.

En el 2002 los Girolimini dieron un vuelco que cambió sus vidas por completo. Vivían en la capital de Neuquén, eran seis: mamá, papá y cuatro hermanos. El caos post 2001 seguía teniendo consecuencias y todavía eran habituales los saqueos. “No era vida”, cuenta Cándida (26), que recuerda que su mamá se quedaba con ellos mientras el padre -ingeniero industrial y empleado en una empresa de riego- se tenía que ir por períodos de hasta un mes a otros lugares por trabajo.