En el INTA Paraná –Entre Ríos– existe un dispositivo diseñado para medir cuál es la relación entre la intensificación de las secuencias de cultivos, las propiedades del suelo y la erosión hídrica. Datos recolectados durante 50 años indican que un lote con monocultivo de soja pierde 50 % más de agua por escurrimiento al año, en comparación con la rotación maíz y trigo. Especialistas destacan la importancia de la cobertura del suelo y la diversificación de las secuencias de cultivos para reducir el impacto ambiental.
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