Para el caso del yuyo colorado, prácticamente toda la provincia, con excepción del norte, se ve afectada por esta especie, llevando a la necesidad de realizar variados mecanismos de control.
“Entre estos métodos se incluyen las rotaciones, el uso de cultivos de cobertura, el control químico y el control mecánico, que en los últimos años volvió a aparecer debido a la resistencia cada vez más creciente de las malezas a los herbicidas”, señala la Bolsa.
Los principales motivos que posicionan al sorgo de alepo como la segunda maleza de mayor incidencia y severidad en Córdoba, son: similitudes con el sorgo y el maíz, su posibilidad de multiplicarse por rizomas y la resistencia a glifosato e inhibidores de ácidos grasos (ACCasa).
En relación a la rama negra, el tercer enemigo público de la producción agrícola cordobesa, los técnicos de la Bolsa indican que “esta especie se distribuye prácticamente en toda la provincia y presenta dificultades en su control, debido a la resistencia a los inhibidores de la EPSPs, inhibidores del Fotosistema I y II e inhibidores de la enzima acetolactato sintetasa (ALS)“.