Por eso, se instaló el temor y la preocupación entre los productores y asesores técnicos que la soja corra la misma suerte que el maíz, respecto al impacto que tuvo la ola de calor de diciembre/enero sobre el impacto de los rendimientos.
“En una semana, cayeron un 30% los cuadros muy buenos (de 45% bajaron a 15%) y aumentaron un 10% los regulares (pasaron de 15% a 25%). Los lotes malos continúan siendo el 5%. La mayor parte de los cuadros, un 55%, ahora se califican como buenos”, dice el informe semanal de la Bolsa de Comercio de Rosario, que resume lo recopilado para la zona núcleo.
Tras la muy buena recuperación de la soja de primera con las lluvias de enero, “la humedad es muy justa” en el momento clave del cultivo.
Por ello, el informe hace hincapié en que “las lluvias de los próximos 15 días será determinante para soja de primera”, aunque aquí esta la cuestión porque la misma entidad, desde el área de agrometerología, alerta que las lluvias recién pueden presentarse este mes a partir de la segunda quincena.
La zona de escasez y sequía avanzó en los últimos siete días del 50% al 60%, justo cuando el 90% de la soja de primera entró de lleno en el período crítico en el centro sur de Santa Fe, oeste de Córdoba y en algunas zonas menos favorecidas del norte bonaerense, como en San Antonio o en la franja costera.
Clima
Desde el área de agrometeorología de la Bolsa rosarina, la distribución errática de la lluvia será por las características cambiantes de la circulación del viento, lo que descarta un evento de lluvias importantes y generalizadas.
Por delante, dicen los analistas de la entidad, no hay lluvias a la vista para la segunda semana de febrero. Según el modelo de la NOAA, las lluvias no retornarán hasta la segunda quincena de febrero, tal como sucedió en enero.