Quién es Fehiberr: la historia de su infancia junto a Tito y el mensaje que busca transmitir a los jóvenes

«Me gusta estar presente en muchos lugares, y las redes son un buen espacio para estar en todos lados», describe Fabián González, más conocido como Fehiberr

Quién es Fehiberr: la historia de su infancia junto a Tito y el mensaje que busca transmitir a los jóvenes

Son las nueve de la noche y Fabián González está arriba del tractor cosechando soja. Tiene planeado seguir por varias horas más.  “Voy a estar hasta la 1 laburando a pleno y feliz”, dice en diálogo con AgrofyNews, mientras de fondo se oye el ruido de la máquina. “Me crié con los valores del trabajo, y ahora le doy para adelante con eso de `vamo’ a meterle´”, agrega, sin muchas vueltas.

Con 34 años, además de productor, Fabián tiene una gran presencia en las redes. Tiene más de 145.000 seguidores en Instagram, donde se dedica a publicar videos de sus labores en el campo, desde el cultivo hasta la cosecha, pasando por distintas partes de la cadena productiva. En las redes es conocido simplemente como Fehiberr, un apodo que él mismo se puso cuando era chico, porque no le gustaba su nombre.

Fue su padre, Tito, quien le inculcó su pasión por la maquinaria agrícola. “Me crié entre fierros, y cuando terminé el colegio me fui con mi viejo a laburar. Conozco bien sobre lo que estamos haciendo, que es agricultura y laboreo de suelos. Así que fue muy fácil para mí transmitirlo en las redes, porque de chico que tengo el conocimiento. No tuve que estudiarlo para crear contenido, porque es algo orgánico”, observa.

Fehiberr: los valores familiares de Fabián González

Además de tener mucha energía Fehiberr carga con una fuerte historia de vida. Es oriundo de Porvenir, un pueblo del partido de Florentino Ameghino. “Resulta que mi papá, Tito González, cosechaba por la zona y se enteró que había unos nenes en adopción, porque no los podían tener. Entonces nos adoptó a mi hermana Rocío y a mí, que tenía nueve meses. Ahí Tito se convierte en padre de la nada, y Nilda, en madre, e iniciamos una familia hermosa, con muchos valores, laburo, con la idea de cuidar, respetar al prójimo y ser una persona correcta que pueda ayudar y quererse a uno mismo”, relata.

El estado clínico de Fehiberr era delicado, tenía grados de desnutrición, por lo que de bebé fue internado en el hospital Garrahan, donde estuvo casi un año. “Ahí empecé a tener los primeros contactos con mi mamá”, recuerda.

Luego, se mudó junto a su familia a Lincoln, donde creció y vive en la actualidad. “Después, en 2015, busqué a mis hermanos y a mi mamá biológica, para conocer de dónde vengo y por qué soy como soy… para buscar mis raíces. Encontré algunas cosas y eso me alivió un montón. A partir de ahí fue plena felicidad”, reflexiona.

Tito y Nilda

Reinventarse como forma de vida: la vida de los González

“De chiquito lo veía a mi papá una o dos veces por semana, porque él se iba al campo a trabajar y no volvía. Muchas veces yo lo acompañaba. Así me inculcó que había que laburar”, destaca, en referencia a los fuertes principios conoció de pequeño.

Otro punto clave en su vida son los valores familiares, que lo marcaron a hierro. “Mi papá siempre se fue reinventando: inició en un pueblo forjando hierro y por la noche daba cine, los fines de semana arreglaba molinos. Fue contratista, tenía equipo de cosecha. Cuando algo no iba, cambiaba, y tenía una visión para `soltar´”, recalca Fehiber.

También recuerda cuando hace casi 15 años su padre le dijo que quería vender sus seis máquinas para poder comprar un campo, algo que logró en 1999. “Siempre se iba reinventando —repite, como un mantra— de ahí viene lo mío”.

En la actualidad, además de prestar servicios, junto a su padre, siembra trigo, maíz y soja en un campo en Ameghino. También realiza otros servicios, como almacenaje, transporte y pulverización. Esa diversificación le permite a Fehiberr mostrar a través de sus redes cada aspecto de la producción. “Por eso en mi contenido tengo de todo para subir. Desde lo más chiquito hasta lo más grande: hago toda la ronda”, describe.

Además de mostrar cómo es el trabajo agrícola, Fehiberr busca sumar a sus familiares en los videos, para mostrar y difundir valores. Tiene el foco puesto en la juventud, a quien trata de inculcar el respeto por la familia: “Que laburen como venimos laburando, que se entusiasmen, que crean que hay oportunidades. Cuando hablamos del tema, siempre mando bocado en algún momento”, describe.

Un intercambio constante con el público y el ingreso de las marcas

El vertiginoso camino hasta convertirse en un personaje reconocido del agro, comenzó durante la pandemia de coronavirus. “Yo pienso que cuando pasa algo así, hay que reinventarse, y uno de mis reinventos fueron las redes, donde plasmé lo que me gusta”, detalla. Ya durante el mundial de Rusia el emprendedor había incursionado en el tema al hacer un blog diario de cómo funcionaba todo allí. Eso fue una buena experiencia, porque le permitió animarse a exhibirse.

Sin embargo, los niveles de exposición fueron subiendo durante el Covid-19, donde comenzó a mostrarse cada vez más. Sobre cómo se animó a darlo todo, no duda: “Para mí fue práctico y fácil, en el sentido de no pensarlo tanto, lo hago directamente. Al ser tan espontáneo, me gusta transmitir y estar presente en muchos lugares, y las redes son un buen espacio para estar en todos lados. Perdí los miedos al qué dirán y sé que tengo derecho a equivocarme y a aprender de la comunidad. No hay un guión, todo es en base a la realidad. Con esos criterios, voy para adelante”, argumenta.

Parte del éxito en sus redes es la interacción que constantemente mantiene con sus seguidores. “Laburo fuerte y aprendo de la gente”, resume y cuenta que muchos le escriben para pedirle que muestre determinados aspectos y datos del agro. “Como para ir alineado en lo que el público demanda. Ahí se crece…”. En este sentido, confiesa que responde entre 100 y 200 mensajes por día. “Cuando hay contenido, buscás que la gente interaccione y participe, no solo que vea”, destaca. A pesar de tener muy aceitado el vínculo con sus seguidores, Fehiberr se sincera: “Voy aprendiendo”.

Su Instagram creció tanto que desde hace un año comenzó a trabajar con marcas, lo que implica un ingreso monetario por sus trabajos en redes. “Mi laburo en las redes es generar contenido para la comunidad, que mecho con las marcas que me acompañan”. Es tan requerido, que admite que podría “vivir de las redes”.

Como proyectos a futuro, Fehiberr insiste: “El reinvento que estoy buscando tiene que ver con hacer participar más a la comunidad y convocar a más gente joven para seguir haciendo contenido y continuar creciendo juntos”. Sin embargo, prefiere ir de a poco, a pie firme y no de golpe, para ir amoldándose.

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