Feedlots y matarifes, preocupados porque, en 2025, la UE exigirá carne vacuna libre de deforestación

La cadena argentina de ganados y carne vacuna está trabajando contra reloj para cumplir con los requerimientos que la Unión Europea (UE) exigirá desde 2025. La Resolución 2023/1115 de la UE exigirá, en diciembre de 2024, a una serie de actividades, entre ellas la soja y la carne vacuna, que certifiquen su condición de libre de deforestación, en toda su cadena productiva.

Existen dos posturas bien diferenciadas sobre esta cuestión. Mientras exportadores y analistas sostienen que se está trabajando en el tema y que es un desafío, feedloteros y matarifes expresaron su preocupación.

“La carne vacuna tiene una dificultad mayor, al ser una cadena donde el producto se desplaza en distintos establecimientos a lo largo de todo el proceso productivo”, manifestó Fernando Storni, presidente de la Cámara Argentina de Feedlot (CAF).

Muchos eslabones. Y agregó: “Pensemos en un ternero que nace en un campo de cría, que pasa después a otro, en una recría, luego un engorde y después a un frigorífico; eso genera algún grado de complejidad a la hora de definir el sistema”, advirtió.

Storni explicó que los engordadores en este momento analizan distintas alternativas y herramientas técnicas y remarcó que la cadena de valor ganadera deberá trabajar en conjunto.

Consultado por el impacto económico de implementar la certificación que exigirá la UE, el titular de la CAF señaló que, si bien aún no se hizo un cálculo preciso, “los costos se trasladan en la cadena y el productor va a ser quien lo termine cubriendo de alguna forma. Y añadió que “debemos buscar al sistema que nos brinde seguridad, por un lado, pero que genere el menor costo posible para toda la cadena”.


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Desafío. Storni consideró que la normativa europea comenzará a marcar una nueva tendencia en las reglas de juego del comercio internacional. “Hay muchas cuestiones que la cadena está trabajando, pero que se van a convertir en requisitos específicos de algunos mercados y ahí hay un desafío”, sostuvo.

Al respecto, destacó que más allá de la resolución de la UE, la cadena de valor ganadera debería ampliar su mirada y generar herramientas, para lograr una trazabilidad, según las futuras demandas.

En tanto, los eslabones intermedios del negocio ganadero manifestaron su preocupación sobre las nuevas demandas europeas.

Barrera. Leonardo Rafael, presidente de la Cámara Argentina de Matarifes y Abastecedores (Camya), dijo que “preocupa porque regula y limita de forma estricta la importación de alimentos de países según la deforestación” y que este mecanismo será complejo y “podría convertirse en una barrera paraarancelaria por las dificultades en el control y certificación de la trazabilidad”, advirtió.

No obstante, para Rafael, este escenario representa también una oportunidad de mejoras en la cadena, porque el ordenamiento que generará la trazabilidad permitirá facilitar los controles impositivos y sanitarios.

“No debemos perder de vista que su incumplimiento limitaría severamente las exportaciones, con un impacto en el consumo que, si bien no podemos cuantificar, indudablemente será negativo para el desarrollo del negocio”, concluyó.

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