Gracias a los controles instrumentados para reducir la molienda no registrada detectaron harina de trigo “producida en condiciones sanitarias deplorables”

En la localidad bonaerense de Suipacha.
Gracias a los controles instrumentados para reducir la molienda no registrada detectaron harina de trigo “producida en condiciones sanitarias deplorables”

La Secretaría de Agroindustria de la Nación alertó a la población “sobre la peligrosidad de consumir harinas marca Rosedal 000 y 0000 ya que las mismas fueron producidas en condiciones sanitarias deplorables”.

Agentes de la Dirección Nacional de Control Comercial Agropecuario corroboran que Molinos Suipacha S.A, localizado en el parque industrial de Suipacha, “violó por segunda vez todas las medidas cautelares que pesaban sobre ella a raíz de faltas gravísimas al Código Alimentario Argentino y operar en la marginalidad total en términos comerciales”.

“Se constató que la firma cortó los precintos colocados y dispuso de toda la mercadería retenida por ambos organismos”, indicó un comunicado difundido hoy por Agroindustria.

 

“Se están iniciando las denuncias penales correspondientes por parte de ambas carteras de Agroindustria, nacional y bonaerense, por los delitos de depositario infiel y violación de los precintos. El expediente será remitido a la Afip para que las acciones penales previstas tengan su correlato en lo tributario”, añadió.

El Ministerio de Agroindustria de la provincia de Buenos Aires, a través de la Unidad de Coordinación de Alimentos (Ucal), el lunes de esta semana había alertado que “a raíz de una investigación desarrollada por la UCAL” se determinó que las harinas de trigo marcas Rosedal y Aluminé de Molinos Suipacha S.A. no puede asegurarse que “hayan sido elaborados conforme a los requisitos mínimos de Buenas Prácticas de Manufactura que, según la legislación vigente (CAA), garanticen su inocuidad; por lo expuesto, no resulta segura su utilización en ningún proceso de elaboración de alimentos”.

Agroindustria además informó hoy que “suspendió la matrícula a un molino de General Rodríguez, provincia de Buenos Aires, por no haber podido justificar la cesión de los rótulos de las harinas que produce a otra firma de la localidad de Ranchos y por inconsistencias entre molienda y consumo eléctrico registrado en los últimos 16 meses”.

“A su vez, en la localidad santafesina de Armstrong se clausuró un molino de harina de maíz al que se halló operando a pesar de tener dada de baja la matrícula de RUCA; tampoco poseía documentación respaldatoria de los movimientos del grano ni de las más de 4000 bolsas de 25 kilos de harina stockeadas en la planta. El hecho motivó la interdicción del total de las bolsas y el precitado de la rejilla de descarga del grano y el banco donde se inicia el proceso de molienda”, añadió.

A fines de abril pasado comenzó a regir a nivel nacional la obligación por parte de los molinos harineros de contar con un Controlador Electrónico de Molienda de Trigo (CEMT) en la fase previa al ingreso de la primera roturación del cereal.

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