Los integrantes de la producción y la industria láctea de la Argentina saben que el 2020 no será fácil: se proyecta un incremento mundial de la producción de 3%, con países que por la falta de consumo tiran su leche, y por otro lado, los problemas que se generan a partir de una caída de las cotizaciones internacionales de los lácteos.
Actualmente, con un precio de 2.700 dólares para la tonelada de leche en polvo, las pymes exportadoras saben que deberán hacer un esfuerzo mayúsculo para que cierren los números, ya que hoy pagan la materia prima a 18 pesos y la venden al exterior con valor agregado a 15 pesos.
Este escenario obliga al sector tambero y a las usinas lácteas a trabajar en conjunto en los próximos meses para obtener el mejor rédito para el sector en un año de crisis sanitaria, económica y también a la espera de un excedente de primavera que será difícil de colocar tanto en el mercado interno como en el externo bajo las actuales condiciones de producción. La previsión de los privados es obtener al cierre del 2020 una producción anual de 10.700 millones de litros de leche.