De esta manera, se culminó un semestre con un crecimiento interanual del 55 por ciento: 17.856 toneladas que significaron para la industria porcina ingresos por 26 millones de dólares.
Los principales destinos a los que se exportó carne de este animal fueron China, Rusia y Hong Kong.
También en Argentina
Un dato sobresaliente en este contexto es que este empuje del comercio exterior no afectó a la demanda doméstica, que también creció.
Entre enero y junio, la producción de carne porcina creció 5,7 por ciento impulsada principalmente por el mayor peso de las cabezas faenadas.
Así, de acuerdo a los datos estimados por la Subsecretaría de Ganadería y Producción Animal, el consumo interno alcanzó su el máximo histórico en junio: el equivalente a 16,16 kilos por habitante en un año.
El promedio para el primer semestre se ubicó en 14 kilos, similar al de 2019, debido a que en el inicio de la pandemia de Covid-19 el cerdo fue la cadena que más sufrió la parálisis de la economía.